sábado, 16 de junio de 2012

Como el tero, que grita en un lugar, y pone los huevos en otro lugar

En su discurso del miércoles 25 de enero de 2012, la presidenta Cristina Fernández mostró cual es su verdadero pensamiento en relación a la justa guerra nacional por las Malvinas de 1982, contraponiéndolo a la lucha democrática contra la dictadura, utilizando para ello la memoria de las Madres y Abuelas: “la historia demuestra claramente que aquello no fue una decisión del pueblo argentino, sino una decisión de una Junta desesperada por tapar una realidad que había sido destapada por mujeres con pañuelos blancos todos los jueves, con mucha valentía, dando vueltas a la Pirámide y buscando a sus hijos y a sus nietos”.
La Presidenta reiteró que mantendrá su reclamo de sentarse a dialogar y que instará a sumar apoyos por el camino de la diplomacia. Descartó tomar cualquier otra medida, como podría ser prohibir los vuelos a las islas y menos afectar los monopolios imperialistas ingleses.
Al contrario, se vanaglorió: “acá tengo informes que me hizo Débora Giorgi, la ministra de Industria, de principalísimas empresas del Reino Unido que trabajan en Argentina como la British Petroleum, que es accionista de Pan American Energy, la Royal, la Easy, ex Duperial, todas las mineras, como Río Tinto, Alexander Mins, Patagonia Gold, HSBC, Standar Gold, Glaxo, Unilever, British Telecom, en fin, pilas de empresas que están trabajando desde hace muchísimo tiempo aquí en la República Argentina. O sea, ¿cómo es que nos tienen miedo, somos tan malos? Si somos tan malos no deberían venir.
“Así que, me parece que el primer ministro debería revisar o tener una charlita con los empresarios y los CEOs de estas empresas para que le comenten cómo somos los argentinos.
“Es más, desde el año 2003 hasta la fecha, ha habido adquisiciones totales o parciales de 18 empresas argentinas por parte de empresas británicas también”. Realmente, ¡todo “un logro” de la política “nacional y popular” de los gobiernos de Néstor y Cristina!
Y en una muestra de su habitual estilo de endilgar a otros su responsabilidad, Cristina Fernández se quejó de que no había escuchado a ninguna organización ambientalista “hacer críticas al Reino Unido por lo que están haciendo en Malvinas”, en relación a la depredación del petróleo y la pesca.
Un golpe bajo, y totalmente falso, justo en el momento en que se despliega la lucha contra los monopolios imperialistas que saquean y contaminan (la mayoría de o vinculados a los ingleses), en un evidente apoyo a los mismos.
 
Reto a las petroleras
Siguiendo con su discurso, la presidenta reconoció la crisis energética señalando que “si las empresas petroleras en nuestro país hubieran mantenido o aumentado la producción, esto hubiera sido mucho mejor porque la verdad que hemos tenido que importar 9.396 millones de dólares en combustible. Un 110 por ciento más que el año 2010”.  Y como si lo sucedido no tuviera nada que ver con la política que ha llevado hasta ahora su gobierno, dijo “que lo tengan en claro todas las empresas petroleras: que el subsuelo es de los argentinos y que está concesionado y que, por lo tanto, no podemos volver a las épocas del Virreinato donde se llevaban todo, el oro y la plata, y no dejaban nada”. ¿También vale para la British Petroleum y los monopolios ingles cuyas “inversiones” antes elogió?

Por supuesto, como es su costumbre, son otros los que están en falta: “como me llamó la atención que no haya ninguna organización ambiental que proteste por lo de Malvinas, me llamó la atención que frente al descubrimiento que se le cobraba el doble o más el gasoil a los transportistas, por lo menos, desde los sectores del trabajo no se dijera nada. Es más, creo que hasta hubo un sindicalista que salió a defender a la empresa”. Si bien esto último es cierto para ese sindicalista (Antonio Cascia) vendido a la patronal imperialista (Repsol YPF) y su “socio” Esquenazi, el cargo no es aplicable a todos “los sectores del trabajo” ni exime a Cristina de su responsabilidad como gobernante.
http://www.pcr.org.ar/nota/pol%C3%ADtica-nacional/cristina-y-el-imperialismo-ingl%C3%A9s

Malvinas y Negocios
Martes, 21 de Febrero de 2012 00:15
Por Joaquín Piat
(AA) Un viejo diccionario castrense, define al término traición, entre otros conceptos, “Como un delito contra la lealtad a la Nación” agregando también “… o cuando de cualquier manera, sea por actos u omisiones, se facilita intencionadamente la acción del enemigo”.


El ya fallecido Dr. Silenzi de Stagni, en su defensa constante del patrimonio nacional, supo expresar en referencia al Conflicto del Atlántico Sur que “Son muchos los que desean cubrir con un manto de olvido y de silencio lo acontecido entre el 2 de abril y el 14 de junio....“Es evidente que, en estos momentos hay un enfrentamiento ético e ideológico sobre el camino que debe seguir la Argentina: Llevar la empresa de la reconquista del 2 de abril hasta sus últimas consecuencias, o llevar la rendición del 14 de junio hasta sus últimas consecuencias”.
Por otra parte, el pensador y catedrático del afamado Instituto Tecnológico de Massachussets, Noam Chomsky, al hablar sobre el poder real existente detrás de la mayoría de los estados del planeta, expresó: “Los hombres ricos de las sociedades ricas, son quienes gobiernan el mundo y compiten entre si para lograr mayores cuotas de riquezas y poder, eliminando sin clemencia a quienes se interponen en su camino, ayudados por los ricos de las naciones pobres que obedecen sus ordenes. Los demás… sirven y sufren”.
En tanto, el general Smedley Butler del Cuerpo de Infantería de los EEUU, en el año 1933, en un discurso memorable, entre otras cosas expresó: “El problema con Estados Unidos es que cuando aquí se gana solo un 6% con el dólar, nos ponemos inquietos y nos vamos a ganar el 100% en el extranjero. Entonces la bandera sigue al dólar, y los soldados siguen a la bandera… Yo no iría a la guerra otra vez como lo he hecho, para proteger una mala inversión de los banqueros… Puede parecer extraño que yo, un militar, adopte este tipo de comparaciones. La verdad me obliga a hacerlo. Pasé treinta y tres años y cuatro meses en el servicio militar activo como miembro de la fuerza más ágil, la Infantería de Marina. Serví en todos los rangos desde Subteniente a General Mayor. Durante ese período, pasé la mayor parte de mi tiempo siendo un hombre musculoso sirviendo las grandes empresas de Wall Street, y a los banqueros. En pocas palabras, fui un estafador, un gángster para el capitalismo”.
Atentos a lo expresado con anterioridad, pido al amable lector que me acompañe en un repaso rápido, de lo acontecido con el tema Malvinas, a partir de junio de 1982.
Destacan algunos autores, que en momentos de la rendición de las tropas argentinas el 14 de junio, el general Menéndez tachó la palabra “incondicional” dentro de los términos impuestos por los británicos en dichas circunstancias. Esto fue aceptado por la conducción militar oponente, acicateada por la amenaza latente de los aviones argentinos basados en el continente (no figuraba en ningún lado, que dichas fuerzas también se habían rendido). Este postrer esfuerzo soberano, realizado por los mandos argentinos en esa oportunidad, en la década de los 90 fue literalmente triturado, mediante los acuerdos firmados entre ambos países, ocasionando una nueva rendición argentina, esta vez incondicional, frente al Reino Unido.
Como resultado del éxito diplomático de los británicos, Argentina abrió su economía, desregulando las normas que protegían sus intereses estratégicos, y privatizando a mansalva empresas que conformaban el instrumento de poder de la Nación. En el mismo sentido también, se dieron amplias seguridades administrativas (que superan a la de los propios argentinos) para proteger los bienes de los inversores británicos. Coronando lo anterior, el Congreso Nacional aprobó casi por unanimidad, la ley 24.184 que protege los términos de dicho acuerdo.
Contemporáneo con lo anterior, para las Fuerzas Armadas nacionales se acentuaría el plano inclinado por el que se deslizaban, iniciado luego de la derrota de Malvinas, para terminar de convertirse en lo que son ahora: solo una expresión de deseo. Señora o señor lector ¿piensa usted que lo anterior fue casual?
En tanto ¿qué ocurrió con los descendientes de la Rubia Albión? De entrada nomás, emplazaron en las Islas una poderosa base aérea (en Mount Pleasant, isla Soledad), equipada con aviones de combate de última generación (Eurofighters). Asimismo, siempre un moderno destructor de la Royal Navy está merodeando por la zona, y se dice que de vez en cuando rondan los submarinos nucleares, concretando sus salidas secretas de varios meses en inmersión. A lo anterior se añade toda una parafernalia de radares y misiles de defensa aérea, que junto al elevado número de infantes de su majestad, rompen la tranquilidad pastoril de los kelpers.
¿Para qué todos estos sistemas de armas? Por que están al servicio de los intereses del Reino Unido y de los EE.UU. en la región. Pero… ¿Cuáles son esos intereses? Por un lado están los estratégicos, es decir la proyección de ambas potencias sobre la Antártica y además, férreamente sostener control de la unión bioceánica en el Estrecho de Drake; y por otro lado, están los intereses económicos de los “hombres ricos”; esos que más arriba en este trabajo, mencionaba Chomsky; es decir de aquellos grupos que controlan el verdadero poder, el poder real en el planeta.
Van algunos ejemplos de lo expresado; ejemplos que no debieran resultar una novedad para la mayoría de los argentinos, pues son varias las personas y organizaciones, que desde diferentes ámbitos, patriótica y valientemente vienen denunciando estos hechos.
La Argentina es el séptimo u octavo país en extensión del planeta; su diversidad climática y geográfica; su extenso litoral marítimo con toda la riqueza ictícola ; con la posesión de una de las regiones más fértiles que existen, como lo es su Pampa Húmeda; con la existencia de grande depósitos de materiales estratégicos como el oro, la plata, el cobre, el litio, uranio, etc. o el mismo petróleo (tanto continental como en la plataforma submarina); con sus grandes ríos y depósitos de agua potable, elemento vital cada vez más escaso en el mundo; etc. Todo lo expresado, hace en suma que nuestro país, con baja densidad poblacional y una Patagonia casi deshabitada, sea el objeto de atención de toda una caterva de piratas foráneos, ayudados por los traidores e idiotas útiles locales.
Precisando un poco más, si hablamos del petróleo en la zona de Malvinas, indefectiblemente caemos en empresas como Desire, Rockhopper, Falkland Oil & Gas y Borders Southern, todas ellas de origen británico, y cuyas actividades son coordinadas por la inversora anglo estadounidense Blackrock, la cual a su vez está asociada a compañías petroleras argentinas como Repsol YPF y BP Bridas.
Para no quedarse atrás, hay también bancos y empresas que operan en la Argentina, en asociación con aquellos que pretenden el petróleo nacional: Blackrock con el banco Santander y el grupo Telefónica.; la Bourder Southern con el banco Credit Suisse; en tanto el banco HSBC es accionista de la Desire Petroleum, y además posee participación en Rockhopper y la Falkland Oil & Gas.
Si prestamos atención a quienes están explotando materiales estratégicos en nuestro suelo, veremos en primera término y entre otros, que a 100 km de Perito Moreno en la Pcia. de Santa Cruz, se encuentra el establecimiento San José-Huevo Verdes, propiedad del magnate británico del oro, Mauricio Hoschschild; dicha organización “declara” un rinde anual de 60.633 onzas de oro y 3.119.533 onzas de plata. También está presente la Anglo Gold dueña del yacimiento Cerro Vanguardia, a 150 km del puerto de San Julian; la producción de oro “declarada” de este establecimiento, fue en el 2010 de 192.000 onzas. Siguiendo con esta especie de padrón de afortunados, aparece la Pan American Silver con el yacimiento Manantial Espejo, también en Santa Cruz, en donde el estimado del yacimiento es de 335.416 onzas de oro.
En la provincia de Chubut, está Pan American Silver, trabajando el establecimiento La Navidad, del cual se cree, es uno de los mayores reservorios de plata del mundo, con un estimado de 20.000 toneladas de dicho material.
En el sur de la provincia de Mendoza (Malargüe) se encontraba el yacimiento de potasio Río Colorado, de la minera Río Tinto conformada con capitales británicos, la cual está asociada a las empresas que exploran la cuenca petrolera de Malvinas; esta empresa es operada por el grupo JPMorgan de los EE.UU. Algunos afirman que Cristina tiene parte de su paquete accionario, gracias a las medidas adoptadas el gobierno de la provicncia de Mendoza, cuando era gobernador su ex vice Julio Cobos, que facilitó la instalación de dicha mina.


En Catamarca, el yacimiento La Lumbrera, está gerenciado en un 50% por la empresa Xstrata de Londres; esta mina “declara” la producción de 180 mil toneladas de cobre y 600 mil onzas de oro, con lo cual superaría ampliamente a lo producido por Cerro Vanguardia en Santa Cruz.. Asimismo la empresa BHPBilliton Co. con sede en Londres, explota el yacimiento de litio más grande del planeta, Salar del Hombre Muerto.
La lista definitiva es mucho mayor, y no se quiere abrumar al lector con demasiados datos del saqueo (los intereses por regalías cobrados por el Estado, y los pagos por servicios son ínfimos, comparados con la riqueza que se llevan). Lo importante, para aquellos que leen estas líneas, es que queden en claro los mecanismos del despojo, producidos con la abdicación de Menem y su canciller Cavallo, a través del tratado de Madrid, en donde no solo se claudicó con nuestros derechos sobre Malvinas, sino que se permitió la presencia de los británicos en nuestro territorio continental, en condiciones de privilegio empresarial. No está demás remarcar, que estos hechos fueron avalados por los sucesivos gobiernos, mediante la complicidad de funcionarios corruptos y complacientes.
Hoy, mientras circulaba hacia el centro de la ciudad, como diariamente lo hago a consecuencia de mis ocupaciones, escuchaba a un “distinguido” periodista radial, haciendo una nota sobre Malvinas, a un “distinguido” diplomático ya retirado de sus funciones. Resultaban lastimosos los eufemismos utilizados durante el reportaje, y la ausencia total por parte de ambos, de enfocar el tema en sus aspectos gravitantes y centrales. ¿Cuál fue la conclusión final de la conversación? Pues que difícilmente las Malvinas retornen a manos argentinas, dado la falta de argumentos de peso, que puedan disponer los argentinos en la mesa de negociaciones.
Consciente de la casi inexistencia de nuestras Fuerzas Armadas, termino preguntando al lector: ¿Cree usted que no estamos en condiciones de preocupar seriamente a los británicos, con todos los intereses que éstos tienen en la zona, como para lograr un acuerdo totalmente beneficioso para nuestra Patria? Yo me apresuro a contestar, que nos sobran herramientas para ello. Probablemente lo que nos esté faltado, sean dirigentes honestos y comprometidos con el bien común de la Nación.
Estimo que reencarar seriamente el asunto Malvinas, una verdadera causa nacional, es lo menos podríamos hacer, pensando en el más de medio millar de argentinos que quedaron en Malvinas, como jalones de nuestra soberanía; y consecuentemente, en la gran cantidad de padres, madres, hermanos, esposas e hijos, que se vieron privados en forma definitiva, de la compañía de su ser querido.

http://argentinosalerta.org/index.php?option=com_content&view=article&id=1892:malvinas-y-negocios&catid=16:soberania-y-defensa-nacional

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